Imagen como evento
"No querer decir, no saber lo que se quiere decir, no poder lo
que se cree que se quiere decir y decir siempre o casi." Samuel Beckett *
Esta frase de Samuel Beckett expresa a la vez la complejidad y la coherencia
que podemos encontrar cuando hablamos de arte. Reflexionar sobre la forma,
la imagen, el espacio y el tiempo son cuestionamientos muy importantes
en mi trabajo plástico, incluso indispensables.
Por lo tanto decidí de entender mejor mi planteamiento artístico
en su esencia y no en la forma plástica. Querer definir las imágenes
o describirlas con palabras es un ejercicio que necesita una lectura entre
las imágenes, ver lo que hay en cada imagen, en su interior.
Esta composición de distintos elementos hacen de mi trabajo una
red pensada y definida, como un universo que tiene sus propios elementos
de existencia. Cada cual tiene su papel y toma su lugar sin molestar a
los otros, se compone con los otros.
Dejo a un lado la cuestión de la representación de lo real
y de la semejanza para favorecer una ficción que puede ser a veces
narrativa. Estas imágenes se parecen a algunas pinturas que se
debaten entre la abstracción y la figuración, como las del
pintor alemán Magnus von Plessen donde se transpira un sentimiento
de complejidad e inconclusión que me interesa muchísimo.
La imagen pide tiempo. Siendo relativamente secreta, elle crea esta suspensión
para ser leída.
Las imágenes se convierten entonces en la reconstitución
de una lenguaje que implica códigos para definir este universo.
Existen para decir quien soy. Los distintos planes componen el espacio
para darnos un diferente aspecto de la realidad. La yuxtaposición
de planos tejen el espacio y nos ponen en constante negociación,
en una búsqueda de nuestro lugar ante la imagen.
La palabra "bascular" define bastante bien este sentimiento
de cambio, de investigación continua en la que el tiempo controla
todo. La imagen es un acontecimiento donde el pasado, el presente y el
futuro aportan un todo a este universo; un universo en el cual no pretendo
describir ni revelar algo, solamente compartir mi experiencia personal,
mi manera de ver el espacio y de pensarlo, de expresarlo.
Cada fotografía es creada como un mapa: una constitución
heterogénea en permanente fusión con las fronteras. Mis
imágenes están siempre en formación por la preocupación
de la percepción y la expresión de un territorio (la superficie).
Es una configuración compuesta y asamblada en la misma superficie
que teje a su vez una red de datos. Nada es evidente ya que la conexión
se hace de manera lateral, creando profundidad por medio de las líneas
de latitud y de longitud. No existe tema preconcebido al principio; la
concepción de la imagen se hace en el espacio y todos los datos
existentes oscilan en el tiempo como en un laberinto. La imagen esta solamnete
formada por un intervalo de ritmos en el que los datos crean ese tiempo
que yo busco.
No quiero limitarme solamente a la imagen; busco su origen y su incidencia.
La transformación que existe de la forma al espacio hace de esta
búsquedad una creación de concepto. Estamos en el centro
de la imagen y su periferia. El sentimiento de vacío alrededor
de nosotros crea una suspensión, una retención y un “no
decir” que hace que la lectura no sea lineal ni mucho menos histórica.
Las imágenes hacen rerefencia a otra realidad, a un relato que
no se inscribe en una cronología. La imagen se desarrolla en un
temporal y no en la cronología de un momento.
Este dispositivo crea a veces una confusión entre la realidad y
la ficción narrativa. Por ejemplo, con la manera de enfocar los
personajes y los primeros planos, pretendo llegar a lo esencial de la
imagen; un poco a la manera de Jeff Wall. Hago de este dispositivo un
juego triangular en el cual intento hacer sobresalir las miradas para
crear una determinada exclusión que nos retorna a la intimidad
de mi trabajo
El tiempo es imperceptible y los personajes se hacen en el tiempo, como
a veces los Pierro Della Francesca. Ellos pertenecen a un momento en el
que la realidad sigue siendo perpetua. Esta suspensión del tiempo,
esta clase de indecisión, hace que la acción sea capturada
mientras que la parte fundamental del movimiento esta por venir. La imagen
retiene en realidad algunos acontecimientos con el fin de ponerlos en
evidencia.
El estrato espacio-temporal en el cual se hace la composición del
espacio crea un retorno ontológica a la imagen. Ya que gracias
a esta suspensión y ambigüedad de la imagen, ella permanece
en la memoria para coexistir con la realidad. En otras palabras, esta
ambigüedad hace que haya una fluidez y que nada se quede inmóvil.
El movimiento está presente.
Estamos entonces en la preacción; yo prefiero detenerme en la composición
de la imagen cuando ésta comienza realmente a agradarme. Cuando
siento que el evento esta por llegar, pongo todo en obra para capturar
los elementos que están relacionados con lo temporal.
Con el archivado de imágenes y esta composición desde distintos
puntos de vista, hago como en "La invención de Morel"
de Byo Casares: creo mi propia imaginación que desplaza y substituye
la mirada.
La imagen debe convertirse en un evento que no esta vinculado con el tiempo
ya que es ella quien lo crea. Ella es "acrónica" y no
anacrónica. Propone una lectura abierta a todos durante la cual
debemos tomar el tiempo de observar y de desplazarnos con el fin de situarnos
en los distintos puntos del espacio para reconstituir la imagen.
* Escrito por Samuel Beckett en Molloy
Klaus Fruchtnis © 2004 |